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Menú para la memoria

¿Cuántas veces has oído eso de que somos lo que comemos? Pues también puede aplicarse a nuestra memoria. Sigue este menú y mantén tus recuerdos y neuronas en plena forma.

Una investigación de la Universidad Swinburne de Tecnología en Melbourne (Australia) concluyó, tras analizar 18 estudios internacionales, que cuanto más se adherían las personas a la dieta mediterránea el deterioro de su memoria era mucho más lento. Algo con lo que también está de acuerdo la nutricionista Leticia Umami, especializada en psiconutrición, ya que “la base fundamental de la dieta mediterránea son las verduras y las frutas, seguida por granos integrales y proteínas vegetales como las legumbres y los frutos secos, menor consumo de proteínas animales y el aporte de grasa saludable proveniente del aceite de oliva virgen extra. Son alimentos antioxidantes, buenos para nuestras neuronas”.

Además, añade que no resulta complicado reforzar nuestra memoria con una dieta sana.

Este menú es un ejemplo, pero puede variarse con alimentos similares y así beneficiarnos de todos los nutrientes y propiedades de cada uno de ellos. “Cuanto más colorido estén nuestros platos mayor diversidad y, por tanto, la alimentación será completa”, recuerda la experta.

Aquí te dejamos una propuesta completísima del menú que te ayudará a cuidar tu memoria:

Determinar la cantidad de cada ración, dependerá mucho de las necesidades de cada persona y edad. Otra cosa es alcanzar sí o sí las cinco raciones de verduras y frutas al día: dos raciones de verdura (una en comida y otra en cena) y tres piezas de fruta, independientemente de cuales sean y dónde se ingieran. Tampoco hay un tiempo para seguir este menú: debemos comer bien siempre. No sirve de nada cuidar la alimentación unos meses y luego volver a hábitos poco saludables. Si hay dudas, lo mejor será ponerse en manos de un nutricionista colegiado para determinar la dieta correcta.

Croquetas, delicias clásicas

Seguro que si has probado las croquetas de Alteza eres muy fan de nuestras croquetas. Y es que estas además de ofrecer lo mejor de las preparaciones caseras -puesto que no contienen grasas hidrogenadas ni conservadores y se elaboran con aceite de girasol- se preparan en un pispas. Y si eres muy fan te interesa leer este artículo que te traemos hoy desde Maskom Supermercados, ya que las croquetas llevan presentes en nuestra cocinas desde hace siblos pero, en los últimos años, su popularidad ha aumentado.

Las croquetas son tendencia en la gastronomía, sin embargo, su historia se remonta a la cocina francesa del siglo XVIII. Aunque hay varias teorías sobre su origen, se cree que las primeras fueron creadas por el chef francés Marie-Antoine Carême, considerado uno de los padres de la alta cocina francesa. Carême las creó como una forma de utilizar las sobras de carne y aves, combinándolas con una bechamel cremosa y, luego, dándoles forma y rebozándolas antes de freírlas. Rápidamente, ganaron popularidad en la corte francesa y se extendieron por toda Europa. A medida que las croquetas se popularizaban, cada región comenzó a poner su toque distintivo en la receta.

En Italia, se desarrollaron las arancini, croquetas de arroz rellenas de queso o ragú. En los Países Bajos, las kroketten se convirtieron en un aperitivo favorito, rellenas de carne picada. En España, se caracterizan por su cremoso interior y su cobertura crujiente.

Nuestra marca propia Alteza pone a tu alcance algunos de los sabores más demandados, como las de pollo, con un 6% de aceite de girasol, sin conservadores y sin grasas hidrogenadas, y las artesanas de bacalao, que tienen las mismas características, con un 7% de aceite de girasol.

  • Calentar el aceite. Utiliza una sartén o una freidora profunda y asegúrate de que el aceite esté bien caliente antes de añadir las croquetas. La temperatura adecuada del aceite oscila entre los 175 °C y 180 °C. Si el aceite no está lo suficientemente caliente, las croquetas absorberán mucho aceite y quedarán grasas. Y si, por el contrario, está demasiado caliente, se quemarán rápidamente por fuera antes de que el interior esté hecho.
  • Poco a poco. No llenes la sartén con demasiadas croquetas a la vez. Esto evitará que el aceite pierda temperatura y asegurará una cocción uniforme. Freír las croquetas en lotes pequeños permitirá que cada una tenga suficiente espacio para dorarse de manera uniforme.
  • Toque final. Una vez que las croquetas estén doradas y crujientes por fuera, retíralas del aceite y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Así, estarán listas para ser servidas. ¡A disfrutarlas!