Vitamina D: La vitamina del sol

Conocida como la vitamina del sol, cada día es más escasa en las analíticas de nuestro país, uno de los más soleados. Las noticias son alarmantes, por lo que es normal que las dudas se multipliquen. ¿Para qué es necesaria? ¿Cómo puedes comprobar tus niveles? ¿Qué puedes hacer para evitar el déficit? Estas son algunas de las preguntas más comunes, pero hay más y todas tienen respuesta.

La cifra varía según el estudio, pero podemos decir que todos se mueven en torno al 80 % al hablar de españoles que sufren déficit de vitamina D. Es decir, ocho de cada diez personas presentan una carencia de esta vitamina. Sin duda, son unas cifras alarmantes ante las que los expertos no pueden dar una única respuesta. Las mujeres mayores de 65 años son las más propensas a sufrir este déficit, aunque los últimos estudios se fijan más en personas jóvenes, ya que es en ellas donde la repercusión puede ser mayor. Con este panorama, es normal que surjan muchas dudas y queremos resolverlas todas:

  • ¿Para qué sirve la vitamina D? Una de las funciones más destacadas de la vitamina D es su colaboración en la absorción del calcio, mineral fundamental para mantener unos huesos fuertes, entre otras muchas cosas. Esa es la razón por la que esta vitamina es tan importante para la mujer cuando llega la menopausia, ya que afecta directamente a la posibilidad de sufrir osteoporosis. Pero esta no es su única misión. También trabaja junto al sistema inmune para combatir virus y bacterias, así como con el sistema nervioso en su función de transmitir mensajes del cerebro al músculo, por ejemplo.
  • ¿Cuánta necesitas? Al igual que con otros muchos minerales o nutrientes, la cantidad varía con la edad, pero, de forma general, un adulto necesita unos 15 microgramos al día. Una vez cumplidos los 70 años, la necesidad sube a 20.
  • ¿Cómo puedes saber si tus niveles son correctos? Los niveles de vitamina D se detectan con un análisis de sangre convencional. Ante el gran aumento de déficit, varios laboratorios están comercializando test exclusivos para medir esta vitamina. Pero la mejor opción es pedirle a tu médico de cabecera que lo solicite en tu próxima analítica, si no lo ha hecho ya.
  • ¿Cómo alcanzar los niveles recomendados? En personas sanas, casi la totalidad de la vitamina D llega al organismo a través del sol. Se calcula que tomar el sol unos 15 minutos al día en cara y manos (sin protección solar) es más que suficiente para que nuestros niveles sean aceptables. Aunque existen alimentos que incluyen la vitamina D entre sus propiedades, varios estudios han demostrado que sería imposible mantener unos correctos niveles solo a través de la alimentación. Por eso es tan habitual recetar un suplemento alimenticio que contenga esta vitamina cuando se presenta un déficit o se llega a cierta edad, considerada de riesgo.
  • ¿Qué ocurre cuando se padece un déficit? La hipovitaminosis D no siempre presenta síntomas claros, aunque hay algunos que te pueden hacer sospechar: dolores musculares, fatiga sin motivo aparente, dolores de cabeza recurrentes y aislados de otras patologías, bajo estado de ánimo, infecciones frecuentes (una de ella, la de orina)… Hasta hace no mucho, solo se sabía que la fata de vitamina D estaba relacionada con la osteoporosis y, por ello, era común incluir un suplemento en la dieta de las mujeres al llegar la menopausia. Hoy se sabe que esta sustancia influye directamente tanto en la aparición como en el desarrollo de otras enfermedades, como la diabetes tipo II, la enfermedad de Crohn o los dolores crónicos. Algunos estudios también han relacionado los bajos niveles de vitamina D con la esclerosis múltiple, ya que podría influir en el desarrollo y progresión de esta enfermedad de forma directa.